Una carta de vinos puede marcar la diferencia en un restaurante. Son muchas las personas que no conciben una buena comida si no es acompañada con un vino de calidad y de su gusto.
Pero, ¿cómo se crea una carta de vinos? Si quieres conocer todos los aspectos que debes tener en cuenta a la hora de diseñar este elemento tan importante para tu restaurante, toma nota de la información que vamos a darte a continuación.
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Si tienes un restaurante TOP y exclusivo, tener una buena carta de vinos puede ser el detonante para que tus clientes vuelvan a tu negocio.
Pero hay que tener en consideración una serie de criterios para elaborar la carta de vinos. Veamos de cuáles se trata:
Si está cerca de una región vitivinícola habrá que hacer destacar los vinos de la zona dentro de la carta.
Es importante que la carta sea proporcionada al tipo de negocio, o que guarde relación con el proyecto de venta del producto.
Según cuál sea el precio en conjunto del producto que se vende en tu restaurante, tendrás que elaborar una carta de vinos en la que se tenga presente cuál es el poder adquisitivo de los clientes, su interés por el producto, edad, nacionalidad, etc.
A veces el personal de sala no está suficientemente cualificado para vender los vinos. Razón por la cual, en la carta también hay que tener presente cómo se localiza el producto, cómo hay que venderlo, etc.
Puede ser una bodega, nevera, cámara, almacén, etc. También hay que prestar atención a sus condiciones de conservación.
¿Te gustaría crear una carta de vinos realmente perfecta? En ese caso sigue las recomendaciones que encontrarás a continuación:
Debe contener una media de 25 referencias aproximadamente, pertenecientes a diferentes denominaciones de origen y que represente bien la geografía nacional.
Tu carta de vinos debe incluir vinos especiales y también tendencias nuevas, vinos premiados y únicos, y terminar con una selección internacional para dar más prestigio a tu restaurante.
Al diseñar tu carta de vino tienes que elegir entre las siguientes modalidades de carta:
✔️ Según el tipo de vino, empezando por los de aperitivo, después los blancos (jóvenes, fermentados en barrica, de crianza, etc.), a continuación los rosados, los tintos (crianza, jóvenes, reserva y gran reserva) y finalmente los vinos de postre.
✔️ Según la zona vitivinícola, priorizando la zona vitivinícola en la que se encuentra el restaurante (La Rioja, Montilla, Jerez, Ribera del Duero, etc.).
Por otro lado, los formatos de cartas de vino entre los que puedes escoger son los siguientes:
✔️ Carta álbum. Es la más conocida y habitual en los restaurantes. En este caso cada página va destinada a una sola región o denominación.
✔️ Gran carta. Este modelo permite que el cliente conozca todos los vinos que ofrece tu restaurante con un simple vistazo. El sumiller puede estar presente para hacer las recomendaciones que estime convenientes.
✔️ Carta Sabot. Aquí los vinos se exponen de manera individual en cada página, explicando cuáles son las características de cada botella. Este es el modelo de carta que incluya una información más completa.
Con independencia del modelo de carta de vinos que elijas, estos deben estar bien ordenados, por orden alfabético, nacionalidad, orden alfabético, forma de elaboración, etc. Los vinos más jóvenes irán primeros, y después los más viejos.
? Así para el cliente será más fácil hacer la búsqueda y elegir el tipo de vino que más le guste.
También es aconsejable que aparezca en la carta de vinos una categoría de licores y aguas minerales.
A la hora de poner los precios de los vinos hay que tener en cuenta los precios de los platos. Debes hacer un cálculo aproximado para que, de forma general, el vino no supere el 25% de la suma total factura.
En los vinos con menos precio existe siempre un margen mayor. Una opción que puedes aplicar es poner distintos precios que van disminuyendo con el mayor precio del vino.
Si quieres mantener un ratio medio de 2.5, es fundamental que un alto porcentaje de tus vinos, en torno al 70% de los mismos, estén dentro del primer y segundo nivel.
Por otro lado debes recordar que es mejor poner «precios psicológicos»: es decir, 29,95 euros mejor que 30 euros.
Esto significa que de forma periódica se deben hacer cambios que hagan que sea una carta atractiva.
? Se puede cambiar dos veces al año, aprovechando pasos de unas estaciones a otras, o mantener la misma carta durante todo el año pero con distintas recomendaciones según la época en la que se esté.
Si el cliente tiene demasiadas referencias, se sentirá más indeciso. A menos que tu local esté especializado en vinos, debes dar prioridad a la calidad sobre la cantidad.
✅ Como vimos antes, un número de en torno a 25 referencias sería el adecuado.
La carta debe contener solo la información necesaria sobre cada vino, es decir, la marca, bodega, denominación de origen y forma de crianza. En todo caso podrá tener alguna referencia a su aroma, justo o aspecto, pero nada más.
Es importante que no apiles los precios de los vinos unos debajo de los otros. Lo mejor es colocarlos junto a la imagen de la botella o su nombre.
❌ Si no lo haces así, será más fácil que el cliente se decida rápido por los vinos más baratos. Tampoco es aconsejable poner el símbolo del euro en la carta.
Según esta regla, el 20% de las referencias que elijas para tu carta de vinos te darán el 80% del total de la facturación.
De ahí que tu personal deba saber cuál es el mejor vino no solo en lo que a calidad se refiere, sino también en términos de rentabilidad.
Otro aspecto relacionado con la carta de vinos que debes tener en cuenta es que si tienes un sumiller en tu restaurante, este tiene que conocer bien la bodega, catar los vinos y anotar en el libro de bodega cada marca, denominación de origen o región vitivinícola, día de entrada, cuántas botellas se han comprado, su coste y el nombre de la bodega o el distribuidor.
Ahora ya sabes todo lo que debes tener en cuenta para crear una buena carta de vinos. Ya solo te queda poner manos a la obra para diseñar la tuya…¡Y dejar a tus clientes boquiabiertos con tu selección!